Ramón Trujillo Morales, concejal de Unidas Podemos, en uso de las atribuciones que le confiere el Reglamento Orgánico del Gobierno y la Administración Municipal, presenta al Pleno del Excmo. Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife esta Moción para su debate y aprobación, si procede, de acuerdo con la siguiente

EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

Avanzar hacia un modelo de movilidad sostenible es una meta compartida por todo el mundo en el plano retórico. Un modelo de movilidad basado fundamentalmente en el automóvil privado sabemos que tiene un coste muy elevado en uso del territorio, construcción de infraestructuras, consumo energético, contaminación y accidentes. Además, sabemos que será insostenible en el futuro y que es muy costoso en el presente. Por eso planteamos la necesidad de un modelo de movilidad que reduzca, desde el planeamiento territorial, la necesidad de desplazarse, incentive los modos colectivos de transporte, minimice la contaminación, el impacto sobre el territorio, el consumo energético y de materiales no renovables y la cantidad de accidentes.

Sin embargo, pese a determinados avances en materia de sostenibilidad, Canarias sigue ahondando en la senda de la movilidad insostenible: en el período 2015-2019 el parque de vehículos canario aumentó en 37.812 unidades cada año. Si nos fijamos sólo en los coches tendríamos un aumento de 28.633 unidades anuales, es decir, el parque de automóviles del Archipiélago crecía en 78 unidades, cada día, durante esos cinco años. Si pusiéramos uno tras otro los 143.166 nuevos coches sumados al parque móvil canario, en 2015-2019, tendríamos una fila de, al menos, 429 kilómetros… Si, en 2015, contábamos con 718 vehículos por cada mil habitantes, en 2019, la cifra había ascendido a 770 vehículos por mil habitantes. Más aún, si sólo tomamos en consideración la población mayor de edad, tenemos entonces 925 vehículos por cada 1.000 habitantes.

La movilidad insostenible crece porque crece el parque de vehículos privados. Esto refuerza la presión social para incrementar las infraestructuras destinadas a los automóviles y, asimismo, cuando se mejoran esas infraestructuras, aumenta el incentivo para adquirir más coches. En 2003, el Gobierno de Canarias lo explicó con claridad en su Documento Verde: “la saturación de las carreteras ha venido induciendo su ampliación, creando un sistema cerrado que responde al incremento constante de vehículos con el aumento continuado de carriles y vías que encauzan y atraen un mayor número de vehículos, en una espiral que resulta insostenible en un medio insular con escaso suelo disponible”. Es decir, el propio Gobierno de Canarias diagnosticaba, hace dieciocho años, la insostenibilidad del modelo de movilidad que ha seguido alimentando intensamente en todos estos años de retórica de sostenibilidad, absolutamente vacía, cuando la confrontamos con la realidad.

Desde la perspectiva de la sostenibilidad de nuestra movilidad tendría que sorprendernos que se haya aumentado el descuento para viajar entre islas y con la Península, destinado a residentes, desde el 50% al 75% porque así se incentivan los medios de transporte más insostenibles (avión y ferry de alta velocidad) y se ha incrementado el gasto público en más de 300 millones de euros. Debatiremos si Santa Cruz puede gastarse o no seis millones de euros en hacer totalmente gratuito su transporte público en guagua, si habrá o no dinero, pero no ha hecho falta un debate para gastarse 300 millones de euros más en subvencionar modos de transporte intensivos en consumo de energía no renovable y favorecedores del cambio climático. Éste es el contexto de cultura de la (in)sostenibilidad en que nos movemos.

Pues bien, Santa Cruz de Tenerife también se halla inmersa en la creciente espiral de insostenibilidad de nuestro modelo de movilidad. En el período 2014-2018 el tráfico de entrada al municipio ha aumentado un 6,8%, es decir, 7.232 vehículos más que han llevado la intensidad media diaria a 106.347 vehículos (2018). Ese crecimiento del tráfico representa más de 500 toneladas anuales equivalentes de petróleo consumidas al año. Se estima que, por ejemplo, el proyecto para hacer la Avenida de Anaga 100% sostenible (con aparcamientos con placas fotovoltaicas para dar electricidad al alumbrado y a los semáforos que cubren 3,5 kilómetros y también a 13 puntos de recarga para vehículos eléctricos) supondrá un ahorro energético de 473,14 toneladas equivalentes de petróleo anuales. Es decir, cuando damos un pequeño paso en materia de sostenibilidad, el crecimiento de la movilidad insostenible neutraliza su efecto positivo.

Además, Santa Cruz tiene una ratio de vehículos por mil habitantes superior a la de Canarias: 798 vehículos por 1.000 habitantes (2017) y 972 vehículos por 1.000 habitantes mayores de edad. En este terreno el contraste es claro con respecto a la otra capital provincial del Archipiélago: en Las Palmas de Gran Canaria hay 683 vehículos por cada 1.000 habitantes. Es decir, si Santa Cruz tuviera la ratio de vehículos por habitante de Las Palmas de Gran Canaria, habría 23.400 vehículos menos. Y, si Las Palmas tuviera la ratio de Santa Cruz, contaría con 43.400 vehículos más. Mientras que en Santa Cruz de Tenerife se realizan 45,3 viajes por habitante en guagua pública urbana al año, en Las Palmas de Gran Canaria se efectúan 93,3 viajes (2018). Si Santa Cruz tuviera la misma ratio de viajes en guagua por habitante que Las Palmas se habrían efectuado 19,1 millones de viajes, en 2018, en vez de 9,2 millones. Por el contrario, si Las Palmas tuviera la ratio de Santa Cruz se habrían efectuado 17,1 millones de viajes, en vez de 35,3 millones. Estos datos ponen de relieve que municipios con características socioeconómicas similares pueden tener niveles significativamente distintos de dotación de vehículos privados y de uso del transporte colectivo en guagua municipal.

Si prestamos atención a la cantidad de informes que diagnostican la insostenibilidad de nuestro modelo de movilidad actual y la necesidad de un modelo alternativo, que se apoye en el transporte público colectivo con mucha más intensidad, podríamos pensar que Canarias es el territorio de la Unión Europea con más informes oficiales por habitante a los que nadie hace caso… Llevamos varios decenios escuchando pronunciamientos sobre la necesidad del cambio de modelo, la necesidad, por ejemplo, de implantar carriles de circulación exclusivos para el transporte público, pero los avances en tal sentido siguen siendo escasos y la movilidad insostenible sigue aumentando. En Santa Cruz, la concejala de Seguridad Ciudadana y Movilidad declaraba, el pasado mes de septiembre, que la ciudad aspira a reducir el tráfico entre un 30 y un 50% en diez años. Sabemos que ese objetivo loable no se va lograr sin medidas audaces. Y, de hecho, en unos años habrán pasado los diez años previstos para materializar el Plan de Movilidad Urbana Sostenible de Santa Cruz de Tenerife con unos resultados prácticos extremadamente pobres.

Una de las medidas que Santa Cruz puede adoptar, para dar un paso efectivo y sustancial hacia la movilidad sostenible, es abordar la gratuidad del servicio de guaguas municipal. Una gratuidad que debiera ir acompañada de la implantación de, por una parte, los 26,6 kilómetros de carril bus-taxi previstos en el Plan de Movilidad Sostenible y, por otra, el establecimiento de la prioridad semafórica. Estas dos medidas permitirían a las guaguas públicas mejorar sustancialmente su papel en la movilidad municipal. Y se trata de una gratuidad que podría implantarse progresivamente (por ejemplo, priorizando a personas jubiladas, jóvenes y en situación de desempleo) mientras se implementan medidas para incrementar los recursos económicos y mejorar el servicio.

El estudio económico que acompaña el documento de encargo del servicio público municipal de guaguas para los ejercicios 2019-2021 estima que, en 2021, el coste de ese servicio en Santa Cruz de Tenerife ascenderá a 20.377.784,37 euros. De esa cuantía, 6.113.054,35 euros provendrán de los ingresos comerciales de Titsa. Y 14.264.730,02 euros constituirían el déficit de explotación cubierto por la administración pública. Es decir, la administración estaría cubriendo el 70% del coste del servicio y faltaría aportar un 30% de ese coste para poder hacer el transporte gratuito.

El Estudio sobre Hábitos y Actitudes de los No Usuarios Habituales hacia el Transporte Público Urbano Colectivo, realizado por el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía, en 2017, señala las mejoras que debiera incluir el transporte público urbano para que la población no usuaria lo utilizara. La principal mejora es el incremento de la frecuencia de paso (36,7%). El precio es el segundo factor más señalado (24,6%) por las personas encuestadas. En tercer lugar, se reclama que los trayectos debieran ser más rápidos (16,2%). El cuarto factor se refiere a mejores combinaciones y mayores posibilidades de transbordos (12,3%).

Con respecto a la financiación de la medida propuesta hay una diversidad de opciones válidas. Y, entre ellas, podría plantearse que el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica recupere la capacidad recaudatoria que tenía hace unos pocos años. Santa Cruz ingresó por dicho impuesto 9.971.000 euros, en 2016, y tiene previsto recaudar 5.500.000, en 2021, pese a que el parque de vehículos del municipio ha aumentado durante esos años. Recuperar la capacidad fiscal de ese impuesto en 2016 supondría, al menos, 4.471.000 euros. Se trata de un impuesto que puede modularse para que paguen más los vehículos más contaminantes y que puede ser una herramienta para el cambio de modelo de movilidad y para la reducción de la presencia de gases contaminantes en el espacio público y, por lo tanto, también un mecanismo de compromiso con la salud pública.

Desde Unidas Podemos consideramos que, a medida que se vaya superando la crisis generada por la pandemia, habría que ir poniendo en marcha nuestra propuesta. Por eso, pensamos que es el momento de estudiar técnicamente la gratuidad y la mejora del servicio de guaguas porque, en cualquier caso, se tardaría algunos años en materializar la propuesta completamente. Y, cuanto más tiempo pase, más crecerá el transporte en vehículo privado y más difícil será el cambio modal hacia el transporte público colectivo.

Por todo lo expuesto, proponemos al Pleno del Ayuntamiento de Santa Cruz el siguiente

ACUERDO

Encargar la realización de un estudio técnico para abordar la gratuidad del servicio público municipal de guaguas, conjuntamente con otras medidas esenciales de mejora de ese servicio.