El 19 de octubre de 1956, Hungría se levantó contra el dominio soviético. El alzamiento fue sofocado por las fuerzas del Pacto de Varsovia, pero el movimiento hizo saltar por los aires el mito de la invulnerabilidad del poder soviético. La rebelión húngara demostró que los pueblos del Este no aceptarían por mucho tiempo el yugo soviético.
El alzamiento de Hungría fue el primer gran movimiento de resistencia contra el dominio soviético desde la Segunda Guerra Mundial. Las fuerzas del Pacto de Varsovia, que incluían a Hungría, Polonia, Checoslovaquia, Rumanía y Bulgaria, se habían apoderado de sus países en 1945 y habían establecido gobiernos títeres. El control soviético era absoluto: los comunistas dominaban el gobierno, la economía y la vida social.
A mediados de la década de 1950, el líder soviético Nikita Khrushchev emprendió una serie de reformas destinadas a aliviar la tensión en el bloque del Este. En Hungría, el primer ministro Imre Nagy se convirtió en el líder de estas reformas, que incluían la introducción de una economía de mercado y la amnistía de los prisioneros políticos. Las reformas de Nagy pusieron en peligro el control soviético de Hungría, y Khrushchev ordenó su destitución en 1955.
El alzamiento de Hungría comenzó el 23 de octubre de 1956, cuando una multitud de estudiantes se dirigió a la Plaza de los Héroes en Budapest para rendir homenaje a las víctimas del nazismo. La protesta se convirtió en una manifestación contra el gobierno húngaro, y la multitud coreó slogans como "¡Quién no salta es un comunista!" y "¡Rusia, fuera de Hungría!".
Al día siguiente, los manifestantes derrocaron el monumento a Stalin en la plaza y saquearon la sede del Partido Comunista. El gobierno húngaro trató de disolver a la multitud con tanques y fuego de armas automáticas, pero la gente respondió con piedras y cócteles molotov. El 25 de octubre, el gobierno húngaro anunció la retirada de Hungría del Pacto de Varsovia y declaró su intención de establecer relaciones diplomáticas con Occidente.
El alzamiento de Hungría fue un movimiento popular contra el dominio soviético, pero no estaba coordinado ni dirigido por un partido o un grupo. Los líderes del alzamiento, como Imre Nagy, eran reformistas dentro del sistema comunista y no buscaban derrocar el gobierno. Sin embargo, el alzamiento fue una amenaza para el poder soviético, que no podía permitir que ningún país se saliera del bloque del Este.
Las fuerzas del Pacto de Varsovia invadieron Hungría el 4 de noviembre de 1956 y sofocaron el alzamiento. Imre Nagy fue capturado y ejecutado, y los comunistas húngaros volvieron al poder. El alzamiento de Hungría fue un punto de inflexión en la historia de Europa del Este: demostró que los pueblos del Este no aceptarían por mucho tiempo el dominio soviético.
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