Dolores Espinosa, concejala de Unidas Podemos, en uso de las atribuciones que le confiere el Reglamento Orgánico del Gobierno y la Administración Municipal, presenta al Pleno del Excmo. Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife esta Moción para su debate y aprobación, si procede, de acuerdo con la siguiente
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
La pandemia pone de relieve que las cosas esenciales para la vida no pueden tratarse como un bien de mercado. El principal problema deriva de que, aunque tenemos la posibilidad de crear vacunas, no tenemos las suficientes porque la producción actual no llega al volumen necesario y la distribución por países es totalmente opaca. Esto establece una clara relación de incompatibilidad entre el modus operandi económico y empresarial respecto a la urgente y necesaria vacunación masiva de la población mundial.
Para entender cómo hemos llegado a este impasse político en la gestión de una problemática que debería generar consensos, hay que señalar la tendencia que el proyecto europeo ha tenido hasta el momento. En este sentido, pese a que la base de investigación necesaria para crear la vacuna ha corrido a cargo de fondos públicos, la Unión Europea decidió financiar con dinero público a la industria farmacéutica privada para que pudiera efectuar la producción de vacunas. Se han negociado y se están negociando contratos multimillonarios y secretos, sin embargo, pese a toda esta inversión, la industria es incapaz de producir a la velocidad necesaria, sin mencionar la opacidad en las negociaciones y trasiegos de vacunas de unos países a otros.
El problema de la UE, es que se acabó constituyendo como un espacio de competitividad económica y no como un espacio social. La dinámica de libre mercado y de la libre competencia, forma parte de su ADN, lo cual hace que sea capaz de generar “atractivos” mercados de inversión, sin embargo, no es tan funcional cuando se trata de afrontar crisis económicas, sociales, políticas o sanitarias como la actual. La condición identitaria de ser un gigante económico y un enano político hace difícil la colaboración comunitaria interna para afrontar problemáticas de gran envergadura, porque la cooperación por el interés general no está en su diseño estructural, ni en sus prioridades.
En este contexto, se están enfrentando por una parte los intereses de la gran industria farmacéutica y empresas de tecnología y, por otra parte, el interés de la ciudadanía europea. Los dirigentes de la UE han decidido financiar con dinero público a la Big Pharma y, al mismo tiempo, permiten a determinadas empresas farmacéuticas mantener la exclusividad de las patentes, es decir, la propiedad intelectual, lo que impide la producción masiva de vacunas por parte de los Estados. Se antepone así, el beneficio multimillonario de las empresas al interés general y la producción masiva de un medicamento esencial.
La defensa de la industria privada frente al bienestar de los ciudadanos es un comportamiento habitual por parte de la UE que casa con la tendencia a planteamientos neoliberales que han dominado la forma de gestionar las diferentes crisis, focalizando en planes de austeridad como remedio para todos los males y como receta válida en cualquier contexto. En esta línea, la Comisión Europea defendía desde los inicios la reducción del gasto público en salud y, lo recomendaba así, a todos los países.
En cambio, opiniones críticas como la del eurodiputado Marc Botenga establecía que “…en la UE no hay transparencia. Financiamos las vacunas con dinero público, de los Estados, pero la patente, es decir, la propiedad intelectual es 100% propiedad de la empresa privada. Esto permite que la empresa farmacéutica controle y decida su producción, como el número de dosis”.
A este mismo europarlamentario le permitieron consultar durante cincuenta minutos de reloj, bajo supervisión, y tan solo con los medios de lápiz y papel, el contrato de la UE con la farmacéutica alemana Curevac. Un comportamiento excesivamente protector con la industria farmacéutica que explica en gran medida por qué el contenido de los contratos es secreto. En esta forma de proceder no cabe la transparencia.
En la actualidad, los principales medios de información europeos ya hablan sobre el gran debate existente referente a la escasez de vacunas y su relación con las patentes. Sin embargo, este debate no ha cogido tanto impulso en los medios españoles. Algo que sin duda es sorprendente, si tenemos en cuenta que es una problemática que ha sido visibilizada en el Parlamento Europeo, ya que, 115 eurodiputados han propuesto a la Comisión Europea y a los miembros del ADPIC (Acuerdo sobre los aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio) de la OMC (Organización mundial del comercio), que todos los países puedan producir vacunas.
Entre los criterios de “patentabilidad” del Acuerdo sobre los ADPIC, se establece en el artículo 27 “que los Gobiernos pueden excluir de patentabilidad los métodos de diagnóstico, terapéuticos y quirúrgicos para el tratamiento de personas o animales”.
Asimismo, algo que no aparece en los acuerdos de la ADPIC pero que se incluye en el Artículo 31 con la expresión “otros usos sin autorización del titular de los derechos”, es que los gobiernos también pueden dar “Licencias Obligatorias”, que es un permiso que da un gobierno para producir un producto patentado sin el consentimiento del titular de la patente. Así pues, vemos que ADPIC contempla la situación de liberar patentes en las circunstancias que los gobiernos consideren que deben hacerlo.
Existen además varias iniciativas en el seno de la UE como la Right2Cure que están recogiendo un millón de firmas para librar las patentes. También la OMS y Médicos sin Fronteras lo piden, por no hablar de países como la India o Sudáfrica. Es un clamor global.
En este sentido, el Director General de la OMS afirma que “es el momento de usar todas las herramientas para aumentar la producción, lo que incluye la transferencia de licencias y la exención de los derechos de propiedad intelectual”. El DG dio este apoyo a tres días de que se debatiera nuevamente en el Consejo General de la OMC la iniciativa lanzada por India y Sudáfrica, a la que se opusieron EE. UU., Australia, Noruega, Suiza, Brasil, Canadá, Japón, GB y la propia UE.
Parece evidente que, si existiera una voluntad real de escuchar planes alternativos, estas iniciativas permitirían la posibilidad de vacunar a gran escala y con precios bajos. La OMS también ha pedido que no se hagan compras unilaterales mediante acuerdos con las farmacéuticas.
Para estar a la altura del momento, se requiere una verdadera cooperación europea, y, eso pasa por escuchar a los Estados, a sus unidades territoriales, a sus pueblos y a sus gentes. El proyecto europeo tiene que virar en su trayectoria, de forma que tenga capacidad para responder la cuestiones que la pandemia ha puesto encima de la mesa y que requieren de respuesta.
En conclusión, la pandemia a la que nos enfrentamos ha causado un número de muertes que nos hace replantearnos nuestras prioridades y que ha modificado totalmente nuestra forma de interactuar con el entorno. Ante este reto, los riesgos asumidos en la investigación de dicha vacuna corrieron a cargo de fondos públicos de los Estados y de la propia UE, sin embargo, la producción es exclusiva para un reducido número de grandes empresas como único plan de supervivencia.
Por tanto, debemos asumir como parte del bloque comunitario que tenemos capacidad para pedir la suspensión de la exclusividad de las patentes y facilitar la producción de vacunas por parte de los diferentes Estados europeos, porque nuestra capacidad para vencer al virus depende de ello.
ACUERDOS
Por todo lo expuesto, desde el Ayuntamiento De Santa Cruz de Tenerife se insta al Gobierno de Canarias a que, a su vez, inste al Gobierno de España a:
- Exigir en el seno de la Unión Europea, que se liberen las patentes de las vacunas anti-Covid19 mientras dure la pandemia, con el objetivo de facilitar la producción de estas vacunas por parte de los Estados.
- Exigir, en el seno de la Unión Europea, la adquisición de las vacunas disponibles, que cuenten con la eficiencia y las valoraciones pertinentes, con el objetivo de salvar el mayor número de vidas posible y, de esta manera, evitar que la enfermedad se convierta en endémica en algunos países.