Blanca Gálvez, de la Plataforma por los Derechos de la Fibrosis Quística de Tenerife, interviene ante el pleno de Santa Cruz. En su intervención recordó que sin estos medicamentos la esperanza de vida es de poco más de 40 años, pero que con estos tratamientos se abre una esperanzadora vía de mejorar la calidad de vida y convertir en crónica una patología potencialmente mortal.

Explicó que ahora necesitan las unidades de fibrosis quística en los hospitales, pues la actual atención que reciben los enfermos es insuficiente, y además que se creen equipos multidisciplinares para valorar el grado de discapacidad de los enfermos, ya que “en la valoración hasta ahora no se tienen en cuenta las fases de esta enfermedad, que alternan periodos de estabilidad con otros en que los pacientes están incapcitados para realizar cualquier tipo de actividad”.