Ramón Trujillo Morales, concejal de Unidas Podemos, en uso de las atribuciones que le confiere el Reglamento Orgánico del Gobierno y la Administración Municipal, presenta al Pleno del Excmo. Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife esta Moción para su debate y aprobación, si procede, de acuerdo con la siguiente

EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

La gravedad de los problemas de acceso a la vivienda en Santa Cruz de Tenerife hace que todas las medidas que se están llevando a cabo sean insuficientes, aunque, por supuesto, son absolutamente necesarias. En realidad, ni las ayudas al alquiler, ni la adquisición de pisos para destinarlos al alquiler social, por parte de las administraciones, ni los planes de construcción de nueva vivienda protegida van a evitar que, al menos a corto y medio plazo, estos problemas sigan siendo importantes.

Por tales motivos, el Ayuntamiento de Santa Cruz debe explorar una nueva vía de generación de vivienda de protección social pública que, en ningún caso, deberá llevarse a cabo en detrimento de lo que ya se ha planificado para el futuro. Simplemente, se trata de un nuevo modo de ir garantizando el derecho constitucional a la vivienda que se sumaría a las políticas de vivienda ya existentes.

Se trata de abordar la construcción de viviendas para el alquiler social elaboradas con contenedores marítimos reciclados. Su principal ventaja se halla en la rapidez con que pueden llevarse a cabo el diseño, la fabricación de las piezas y el ensamblaje. Permitiría aportar nuevas viviendas antes de que estén terminadas muchas de las que ya se han puesto en marcha y, por lo tanto, se podría afrontar una mayor dotación de vivienda pública en un menor período de tiempo.

Este tipo de construcciones se han realizado a una escala importante en el barrio de Keetwonen, en Amsterdam, para destinarlas a estudiantes. En esa misma ciudad, el Instituto para el Cáncer se ha construido con 256 contenedores. En Le Havre, en Francia, se han edificado apartamentos para estudiantes con contenedores; en Brighton, en Gran Bretaña, hay un edificio de contenedores para proporcionar alojamiento temporal a personas sin hogar y en otros lugares se han construido, por ejemplo, hoteles con contenedores reciclados. Se trata de una técnica constructiva relativamente extendida e incentivada por la rapidez de las obras y los menores costes en comparación con la edificación tradicional.

En nuestro país, Barcelona ha sido pionera en explorar el recurso a este tipo de edificaciones para generar vivienda pública. En 2019, se terminó la construcción de un primer edificio de estas características para destinarlo al alquiler social. Fue ensamblado en la calle Nou de Sant Francesc, en pleno centro de la ciudad, también con el propósito de contribuir a limitar la gentrificación, es decir, el proceso por el que la rehabilitación de un barrio expulsa a sus residentes y atrae a personas con mayor poder adquisitivo. En el caso de Barcelona, el edificio cuenta con viviendas de entre 30 y 60 metros cuadrados construidas con la finalidad de acoger temporalmente a familias que están en situación de vulnerabilidad y a la espera de una solución definitiva.

El edificio fue diseñado, fabricado e instalado en menos de un año (se ensambló en 4 meses) y, hasta ser ocupado por sus primeros residentes, transcurrió en total un año y medio. Obviamente, la utilización de estructuras prefabricadas permite acelerar significativamente la puesta a disposición de la ciudadanía de más vivienda pública. Lógicamente, cada ciudad debe evaluar el uso temporal, o indefinido, que da a estas instalaciones y las superficies que considera óptimas. Asimismo, este tipo de edificaciones son desmontables y permiten aprovechar temporalmente solares que no están previstos para vivienda.

El primer edificio de vivienda pública de estas características construido en Barcelona redujo un 58% los residuos de construcción y un 32% las emisiones de CO2 que genera dicho proceso. Posee capacidad de producir energía propia y cuenta con una certificación energética AA. Su consumo de energía es de entre 4 y 6 veces menos que el propio de una construcción convencional similar.

El segundo edificio construido con contenedores albergará 42 viviendas (35 de dos dormitorios y 7 de uno), lavandería, planta baja para un equipamiento y huerto urbano. Y también se construirá una tercera edificación hasta sumar entre todas 92 viviendas.

Está claro que los datos de Barcelona -y de otras localidades- sólo muestran que este tipo propuestas es factible. Pero, lógicamente, en cada municipio que quiera explorar esta vía de generación de vivienda pública prefabricada hay que evaluar qué ventajas concretas podría aportar, qué costes reales conlleva, qué perfil de personas usuarias se considera apropiado o qué dimensiones y ubicaciones son las más deseables, entre otros aspectos.

Lo cierto es que la rapidez con que pueden incorporarse nuevas viviendas al parque público de alquiler social, los costes de producción potencialmente más reducidos que los de la construcción tradicional y los factores de sostenibilidad energética hacen que un municipio como Santa Cruz de Tenerife deba estudiar con detenimiento esta vía de generación de vivienda pública.

Por todo lo expuesto, proponemos al Pleno del Ayuntamiento de Santa Cruz el siguiente

ACUERDO

El grupo de gobierno municipal se compromete a evaluar técnicamente la viabilidad de construir vivienda pública prefabricada, analizando cuáles serían las modalidades más convenientes en función de las necesidades de vivienda específicas de los vecinos y vecinas del municipio.