El grupo de la oposición presenta una moción en el próximo Pleno municipal en la que propone poner fin al emplazamiento actual del Rastro porque era una medida provisional por el covid-19, y ya la isla está en el menor nivel de alerta posible, el 1

La concejala Dolores Espinosa denuncia el perjuicio  a los comercios del entorno del Mercado Nuestra Señora de África y a las  personas que venden en el Rastro, quienes se quejan de un descenso de clientes

La edil advierte de que, tras las restricciones por la pandemia, al menos cuatro casetas comerciales junto a la Recova no han abierto y también han causado baja 219 puestos en el Rastro

Unidas Podemos (Izquierda Unida-Podemos-Equo) defiende el regreso del tradicional Rastro de Santa Cruz de Tenerife a su ubicación original, en el entorno de la Recova municipal, donde ha estado desde hace treinta años, prolongándose hasta la calle de Bravo Murillo.

Así lo propone además en una moción la concejala Dolores Espinosa, una propuesta que será debatida en el próximo Pleno del Ayuntamiento capitalino, previsto para el próximo 29 de octubre.

Espinosa explica que en febrero del 2021 el gobierno municipal reubicó, con carácter provisional, el Rastro debido a las medidas de prevención de la pandemia del covid-19 y se instaló en la explanada frente al Cuartel de San Carlos, próximo al Cabildo de Tenerife.

Pero, según subraya la concejala, “ya no se justifica que continúe en ese lugar, pues la isla se encuentra en nivel de alerta epidemiológica 1, es decir, la menor, como el resto de Canarias, y, con las debidas medidas anticovid, nada impide el retorno del Rastro a donde siempre ha estado, desde 1991”.

El motivo de esta moción es que el actual emplazamiento “está ocasionando el cierre de parte de la actividad comercial de los alrededores del Mercado Nuestra Señora de África y también perjudica a las personas que venden en el Rastro”.

“En las casetas azules ya han cerrado entre 4 a 5 y en otras tantas están intentando aguantar en espera de que el Rastro regrese a su lugar, con la esperanza puesta en la campaña de navidades, pues de lo contrario se verán abocadas a cerrar”, advierte la edil.

Además, según apunta Espinosa, de los 631 puestos que había antes de las restricciones por la pandemia sólo renovaron la licencia 412, por lo que ya se han perdido 219 puestos, y de los que se mantienen activos, muchos puesteros no están acudiendo a la ubicación actual.

La representante de Unidas Podemos ha podido además confirmar de la mano de las propias personas afectadas que la afluencia de personas al Rastro en la nueva ubicación ha ido decayendo, tras la novedad que supuso su reapertura una vez superado lo peor de la pandemia. “La distancia desde las paradas del transporte público, la falta de sombra y de aseos, y la ausencia de establecimientos donde tomar un refrigerio, han acarreado que la gente deje de acudir al Rastro”, manifiesta la concejala.

Y, desde su punto de vista, lo que ocurre ahora es “todo lo contrario que en su ubicación natural, donde el Rastro contribuía a darle vida a la ciudad los domingos”.

“En una ciudad sin playa, que no tiene actividades culturales los domingos, salvo ocasiones puntuales, el Rastro es el único lugar de vida colectiva, un lugar usado por la población para encuentros y esparcimiento”, reflexiona Espinosa, quien pone de relieve que “no se debe confundir con un mercadillo, pues como este, solo hay Rastros en Lanzarote, Madrid y Formentera, y hasta se incluyen en las guías turísticas invitando a visitarlos”.

Llegada a este punto, deja claro que “el Rastro de Madrid, mucho mayor que el de Santa Cruz, retomó su actividad normal el pasado domingo, y ¿cómo lo hicieron? pues con medidas sanitarias y pensando en el bien común, que es lo que aquí hay que hacer también ya”.