El obispo de Tenerife, D. Bernardo Álvarez Afonso, ha desencadenado una nueva polémica por sus declaraciones contra el colectivo LGBTI*, mostrando así una reincidente conducta de odio a la diversidad sexual y de género, absolutamente inadmisible en un Estado democrático.
En el año 2007 ya declaró en una entrevista para el periódico La Opinión de Tenerife que “la homosexualidad perjudica a las personas y a la sociedad” y justificó los abusos sexuales a personas menores de edad porque “hay adolescentes” que “si te descuidas, te provocan”.
Y en una entrevista emitida el día 18 de enero de 2022 en la Televisión Canaria, en el programa Conexión BTC, afirmó que la homosexualidad es un pecado mortal, siempre que sea de manera consciente y libre, y la comparó con “la persona que bebe y hace cualquier disparate”, y, por tanto debería no beber. De esta forma, vinculó la orientación sexual con el alcoholismo para sentenciar que la homosexualidad es, a su juicio, un “pecado mortal”.
Estas palabras del actual obispo han generado una notable indignación social, con un enorme impacto mediático y la condena unánime de las organizaciones políticas en Canarias, con acuerdos en este sentido adoptados en el Parlamento canario, el Cabildo de Tenerife y otros ayuntamientos.
También hay personas cristianas y católicas que nos han mostrado su malestar con estas palabras del obispo, pues consideran que, ni en el fondo ni en la forma, se ajustan a la postura actual de la Iglesia.
A raíz de estas declaraciones, la Asociación LGBTI* Diversas inició una petición para exigir su cese a través de la plataforma Change.org, que ha logrado recabar más de 57.000 firmas. Además, el obispo ha tenido que comparecer ante la Fiscalía de la Audiencia Provincial, por la apertura de diligencias tras ser denunciado por estas declaraciones.
El comunicado con el que D. Bernardo Álvarez pretendió disculparse el 21 de enero pasado no hace más que agravar la situación, toda vez que, lejos de retractarse, se limita a unas escasas líneas generalistas más propias de una homilía o escrito religioso que de un acto de resarcimiento de ofensas en el orden civil o social. De ahí que los colectivos víctimas de sus declaraciones persistan en mantener la necesidad de su dimisión o cese como la única solución posible ante una conducta de reincidencia homófoba impropia e inaceptable en un Estado democrático.
El artículo 14 de la Constitución Española establece la igualdad de todas las personas ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por cualquier condición o circunstancia personal o social. Asimismo, el artículo 18 del Estatuto de Autonomía de Canarias reconoce el derecho de todas las personas a su identidad de género y garantiza la no discriminación por este motivo o por su orientación sexual.
Las declaraciones del obispo no solo son una muestra de su conducta reiterada de homofobia que indigna a la sociedad canaria, sino que atenta contra nuestros valores democráticos y los derechos LGBTI*, además de causar un severo perjuicio a las personas creyentes que tienen una orientación sexual o identidad de género diversa y no merece que ningún obispo le diga que está cometiendo un pecado mortal por ser quien es o amar a quien quiera.
Las instituciones públicas deben ser contundentes en la condena al obispo por sus muestras continuadas de odio contra el colectivo LGBTI*, lanzando un mensaje nítido a la sociedad de respeto a la diversidad sexual, con actuaciones firmes contra quienes practican y difunden el odio.
Por todo lo expuesto anteriormente, el Grupo de Unidas Podemos propone para su debate y siguiente votación el siguiente
ACUERDO
Reprobar al obispo de Tenerife, D. Bernardo Álvarez Afonso, por su conducta homófoba reincidente y sus reiteradas muestras de odio que atentan directamente contra las personas LGBTI*.