Ramón Trujillo Morales, concejal de Unidas Podemos en uso de las atribuciones que le confiere el Reglamento Orgánico del Gobierno y la Administración Municipal, presentan al Pleno del Excmo. Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife esta Moción para su debate y aprobación, si procede, de acuerdo con la siguiente

EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

La decisión de crear un Museo Rodin en Santa Cruz de Tenerife nos ha generado preocupación por la opacidad con que se ha desarrollado el procedimiento y por la prisa en comprometer un gasto económico sustancial y que, asimismo, se va a realizar, en gran medida, durante el próximo mandato.

Por otra parte, desconocemos la génesis del proyecto: ¿fue la afición de integrantes del gobierno municipal a la escultura de Rodin lo que  desencadenó la propuesta? ¿O fue la estrategia de expansión mundial del Museo Rodin de París la que encontró en Santa Cruz de Tenerife receptividad a sus iniciativas? ¿Quién encontró a quién? A fin de cuentas, la respuesta a estas preguntas sirve para entender el origen de esta iniciativa cultural y, por lo tanto, su propia naturaleza.

Iniciativa cultural, por una parte, pero, sobre todo, iniciativa de impulso económico, por otra. La Declaración como proyecto estratégico municipal del contrato relativo a la adquisición de obras escultóricas para dotar el Museo Rodin de Santa Cruz de Tenerife, del pasado día 4 de julio, destaca “un claro objetivo de transformación de la ciudad, pues implica reforzar la colaboración estrecha entre el sector turístico y el sector cultural, posicionando a la ciudad como referente internacional en cultura y arte, y diversificando la oferta turística. En definitiva, este proyecto contribuirá significativamente al desarrollo socioeconómico del municipio, por lo que procede considerarlo como un Proyecto Estratégico para la ciudad de Santa Cruz de Tenerife”. Y, aunque carezca de financiación europea, los contratos considerados como estratégicos “gozarán de preferencia para su despacho sobre cualquier otro contrato por los distintos órganos que intervengan en su tramitación”.

Desde luego, es muy importante destacar este último aspecto, de la agilización de la tramitación del expediente, porque ha sido aprovechada por el grupo de gobierno para evitar que la oposición pueda llevar a cabo correctamente su labor de fiscalización. Han ido muy rápido con los trámites, no han facilitado la documentación clave a la oposición y, asimismo, el grupo de gobierno ocultó el coste de las obras artísticas, en su comparecencia en la Comisión de Control del pasado mes de septiembre. Por estos últimos motivos, consideramos que el procedimiento de tramitación para adquirir las obras de arte para el Museo Rodin carece de legitimidad democrática, independientemente de que satisfaga o no los requisitos legales exigibles.

El pasado día 8 de agosto, el director general de Gestión Presupuestaria, Patrimonio y Contratación firmó una Instrucción que señalaba que el contrato de suministro de obras para el Museo Rodin se celebraría por un periodo de cinco años (2022, 2023, 2024, 2025 y 2026) e indicaba las cuantías en que debía incrementarse la aplicación presupuestaria, para la compra de las obras artísticas, en cada uno de los ejercicios presupuestarios previstos. Dos días más tarde, se emitía la Memoria justificativa de la contratación (Expediente 97/2022/CNT) y, en ella, se incluía un listado detallado con las 68 obras de bronce y las 15 reproducciones que se van a adquirir, por un importe total de 16.015.492,5 euros. Sin embargo, en la Comisión de Control celebrada un mes más tarde el portavoz de Coalición Canaria, mientras afirmaba que “la transparencia es máxima”, ocultaba el precio de las obras de arte, pese a que se le preguntó expresamente. Pero ese dato debía esperar, para hacerse público, a una fecha más cercana a la publicación de los pliegos de contratación en el Perfil del Contratante. Es decir, la transparencia tenía que esperar al momento en que se fuera acercando un escenario de hechos consumados.

En realidad, evitar un debate informado tenía todo el sentido cuando, por ejemplo, reparamos en las inconsistencias del estudio de impacto económico que sustenta “este proyecto [que] contribuirá significativamente al desarrollo socioeconómico del municipio”. Para empezar, la estimación de visitantes del Museo Rodin de Santa Cruz de Tenerife se vincula a los datos del Museo Picasso de Málaga. Es decir, se compara un museo que alberga originales únicos con un museo de copias originales que pueden encontrarse en otros lugares. Se compara el Museo de Picasso, ubicado en su tierra natal, y en un ámbito territorial con gran oferta cultural, con la implantación de una especie de franquiciado de un Museo parisino en una Isla especializada en otro tipo de turismo (que, obviamente, no es incompatible con actividades culturales). También se pretende que las previsiones de visitantes planteadas son realistas aludiendo a que hay actividades en Tenerife que superan el millón de visitantes (Siam Park, 1,2 millones y Parque Nacional del Teide 4,4 millones), pese a su diferente naturaleza.

El escenario conservador que esboza el estudio (Asistencia técnica para la elaboración del “Proyecto captación fondos Next Generation EU palanca 9, componente 24 (revalorización de la industria cultural)”, consistente en acoger un museo internacional en Santa Cruz de Tenerife) apunta a que el Museo Rodin tendrá 586.894 visitantes en su tercer año de funcionamiento. La cifra es llamativa si consideramos que el Museo Rodin de París, con la mejor colección del mundo sobre Rodin, tuvo 550.663 visitantes, en 2019 (antes de verse perjudicado por la pandemia). El Museo Rodin de Santa Cruz espera la misma cifra de visitantes contando con 83 esculturas, es decir, el 1,2% de las 6.786 esculturas que albergan los fondos del Museo Rodin de París. Un museo que, sumando sus colecciones y fondos de pintura, dibujos o fotografías alberga un total de 33.515 obras.

La Memoria Anual de 2019 del Museo Rodin de París señala que los 550.639 visitantes de ese año generaron unos ingresos por entradas que ascendieron a 3.875.609 euros. Sin embargo, durante el tercer año de funcionamiento del Museo Rodin de Santa Cruz de Tenerife se generarían 6.597.943 euros, en concepto de entradas, con sus 586.894 visitantes (1,7 veces más ingresos que en París). Esto supone que mientras el Museo parisino obtiene, en concepto de entradas, un promedio de 7,03 euros por visitante, su homólogo tinerfeño obtendría un promedio de 11,2 euros por visitante. Y esto con la previsión pesimista. Pues con la previsión optimista serían 962.522 visitantes, en el Museo tinerfeño, que obtendría 11.073.075 euros en concepto de ingresos por entradas, es decir, 2,8 veces más que el Museo Rodin de París.

La mitad de los visitantes del Museo Rodin de París son franceses y estadounidenses. Hay casi un 7% de visitantes alemanes y los porcentajes son mucho menores para otras nacionalidades europeas. Rodin nació en París y su museo es el décimo noveno por número de visitantes en la capital francesa.

Los gastos del Museo Rodin de Santa Cruz de Tenerife se prevé que asciendan a 4.399.043 euros. De esa cifra, 1.182.890 euros estarían destinados a publicidad. Es decir, el Museo Rodin necesita realmente una cifra importante de visitantes para no generar pérdidas por su funcionamiento. No obstante, el estudio señala que hay Plan B: “en el caso (improbable) de que el proyecto obtuviese malos resultados, las obras son de la ciudad, y, por tanto, podrán venderse (y recuperar la inversión), alquilarse o exponerse en otros espacios”. Desde luego, es difícil pensar que el proyecto tuviera malos resultados y que sus activos escultóricos no se devaluasen.

Finalmente, el estudio hace la estimación del impacto económico del Museo Rodin en Santa Cruz de Tenerife. En el peor supuesto el impacto anual en el municipio será de 56,5 millones de euros. Es decir, 96,29 euros por visitante, o 385,16 por una familia de cuatro miembros. No sabemos si se refiere al visitante que está hospedado en la ciudad, al crucerista que renuncia a una excursión fuera del municipio para ver el Museo Rodin o al turista que viene desde otro municipio a Santa Cruz porque quiere ver el Museo. Tampoco sabemos si el gasto en Santa Cruz lo deja de hacer en otro municipio de Tenerife y cuál es el balance insular.

Por otra parte, el Ayuntamiento encargó una tasación de las esculturas que se prevé adquirir para el Museo Rodin, por un valor de 16 millones de euros, que, en realidad, no es una tasación independiente porque se basa en los informes previos realizados por Jérome Le Blay, un experto estrechamente vinculado al Museo Rodin y a su campaña de ediciones póstumas y expansión global. Le Blay fue asesor especial del director del Museo Rodin de París, trabajó en la creación del Museo Rodin de Corea y fue uno de los creadores del Comité Rodin para autentificar obras del escultor francés.

Es inaceptable que la tasación de las obras de Rodin, encargada por el Ayuntamiento, se sustente en las tasaciones efectuadas por una persona vinculada, por largos años de labor profesional, a la actividad lucrativa del Museo Rodin de París. Sería lógico contar con una tasación completamente independiente del propio vendedor de las obras, el Museo Rodin de París. Y, especialmente, cuando sabemos que ese Museo ha adoptado una estrategia agresiva de venta de copias de obras del escultor francés para hacer frente a sus problemas financieros, derivados del hecho de que es una institución que se autofinancia y del impacto que le ocasionó la pandemia.

Desde luego, es muy importante garantizar una tasación independiente y más cuando sabemos que la parte del león del precio se la lleva la “marca”. Por ejemplo, el monumento a Víctor Hugo, del que existen ya cinco copias originales, le costará al Ayuntamiento 2.725.000. El coste de fabricación de la obra asciende a 450.000 euros, es decir, un 16,5% del precio. Y, a partir de ahí, lo que se establece es un precio de “marca” por contar con la sexta copia original de esa obra. Se trata de un precio fijado por un mercado del arte muy especulativo y pensado para satisfacer a inversores muy ricos. Cabe preguntarse de qué manera debe desenvolverse una institución pública en un mercado así.

Es preocupante que el grupo de gobierno no haya cuestionado los informes de impacto económico que figuran en el expediente y que muestran un exagerado y evidente sesgo de optimismo. Tampoco se han hecho tasaciones que no estén basadas en el trabajo de Le Blay, que sigue siendo una pieza clave del negocio del Museo Rodin a través del Comité Rodin. Asimismo, tampoco hay ninguna consideración sobre el pleito interpuesto por Cosmo Wenman contra el Museo Rodin de París para acceder a los escaneos 3D de las esculturas de Rodin. Esta técnica podría servir para lograr copias de gran calidad, y, por lo tanto, podría devaluar las adquisiciones efectuadas por Santa Cruz al museo parisino, si prospera la iniciativa legal de Wenman.

Por todo lo expuesto, planteamos al Pleno del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife los siguientes

ACUERDOS

 1 Paralizar y suspender el proceso de adquisición de obras artísticas de Rodin.

2 Encargar un estudio del impacto económico atribuido a un Museo Rodin en Santa Cruz de Tenerife dotado de argumentos y comparaciones consistentes.

3 Elaborar una tasación de las esculturas que se prevé adquirir completamente independiente de personas profesionalmente vinculadas al Museo Rodin de París.

4 Cuando los números y datos estén claros se proceda a comparar con otras inversiones culturales para la ciudad en un proceso participativo, que si se descarta la consulta, como mínimo implique al sector cultural y todos los grupos municipales.